
Como tantas otras veces, aquel día también escuchaba con una estática sonrisa colocada en la cara... mientras que, destrozada y disimulando para no dejar entrever el desolador silencio y el vacío que había en su interior, una vez más aguantaba valiente las patadas que recibía su corazón, pensando que quizá mañana dolería un poco menos y sonreiría un poco más...
Me gustan tus micro-cuentos...
ResponderEliminarMuy buena prosa...
Visitame cuando puedas...